La retórica antiinmigrante del presidente Donald Trump ha disparado, en apenas un mes de su regreso a la Casa Blanca, los ataques racistas en contra de la comunidad mexicana que radica en Estados Unidos. De acuerdo con datos reportados por la red consular en el vecino país, desde el 20 de enero —cuando el republicano asumió como presidente— al 15 de febrero pasado, se registraron un total de 667 agresiones xenófobas contra connacionales.
Durante todo 2024, los mexicanos en Estados Unidos reportaron ante los consulados 402 agresiones racistas, mientras que en 2023 fueron tan sólo 246.
Las agresiones, de acuerdo con el documento, van desde el acoso, insulto o agresión verbal, hasta la física con objetos de “alto riesgo” como piedras o palos. Incluso algunos connacionales denunciaron haber sido apuntados con armas de fuego (pistolas) mientras los insultaban.
“Lárguense malditos invasores”, “mugrosos mexicanos”, “ignorantes roba trabajos” o “ahora sí tendrás que salir de mi país”, son algunas de las frases que los mexicanos y migrantes de otras nacionalidades han tenido que enfrentar por parte de estadounidenses en lugares públicos como parques y transportes, sus lugares de trabajo e incluso en centros escolares.
Algunos han recurrido a dejar de hablar en español como mecanismo de defensa para no ser discriminados en sus centros de trabajo o la escuela, de acuerdo con los testimonios.
Las expresiones xenofóbicas han recaído sobre mexicanos recién llegados a Estados Unidos pero también sobre aquellos que ya tienen varios años en el vecino país y cuentan, incluso, con la residencia o la nacionalidad.
Cuestionada al respecto, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), que encabeza Juan Ramón de la Fuente, respondió a este diario que “la seguridad y atención de nuestros connacionales ante actos xenofóbicos en Estados Unidos o cualquier otro país es una prioridad del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum”.
La retórica antiinmigrante ha disparado, también, las atenciones psicológicas de connacionales en el vecino país. De acuerdo con el reporte, los mexicanos están sufriendo de ansiedad, estrés, ataques de pánico y depresión, provocados por el miedo a ser arrestados por la migra, deportados y separados de sus familias.
“Hoy como nunca estamos viendo frases abiertamente racistas y el uso creciente de expresiones como inmigrantes invasores, que provienen desde la cabeza de nuestro gobierno, es decir del propio presidente, lo que sin duda fomenta la xenofobia de una manera radical y pone en riesgo a los migrantes”, afirma Natalia Berhli, integrante de Proyecto Global contra el Odio, una organización sin fines de lucro con sede en Texas.
En entrevista telefónica, la activista agregó que desde el ascenso de Donald Trump en 2016, existe una expansión de grupos xenofóbicos cada vez más radicales.
“Recordemos que primero llamó violadores a los mexicanos y después llamó animales a los inmigrantes, expresiones nunca antes dichas en el lenguaje de un presidente, sin duda su retorno al gobierno empodera a estas organizaciones”, explicó.
Las ciudades con más mexicanos como Los Ángeles, California y San Antonio, Texas, son las que, de acuerdo con los consulados, más agresiones han registrado, pero otras donde el racismo era prácticamente inexistente “ahora hay brotes”.
“El retorno de Trump a la Casa Blanca es el comienzo de una tendencia hacia el racismo y la xenofobia, por lo que México requiere de un diálogo con su gobierno para exigir seguridad en los consulados y la prevención de ataques como el tiroteo en El Paso Texas, perpetrado en 2019 por un racista que mató a 23 latinos, incluyendo mexicanos, y que precisamente sucedió mientras Trump gobernaba por primera vez”, consideró por su parte Javier Urbano, especialista en temas migratorios.
